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Knockin´On Heaven´s Door, de Bob Dylan; LA CANCIÓN DEL MES

Una eternidad llamando a las puertas del cieloCada vez que la vida se nos escapa, cada vez que la vida se le escapa a cada ser humano, es probable que cada ser humano escuche una canción: ésta fue escrita para ese momento, la retahíla de instantes oscurecidos por la certeza del final, momentos de una claridad tenebrosa, espléndida, fronteriza, última, en los que la vida nos huye y nosotros nos quedamos definitivamente muertos, fuera de aquí.

«Mamá, quítame esta placa, no puedo usarla nunca más».

Mi amigo Quique tenía aquel elepé de Bob Dylan, donde brillaba una canción fabulosa, estremecedora, sencillamente única. Tal vez el disco que contenía Knockin´On Heaven´s Door fuera de sus padres, es muy probable. 

Llevo escuchando esa bendita joya humana de dos minutos y medio desde hace más de cuarenta años. Todavía me emociona, suspendiendo en su brevedad el tiempo y acotando el espacio a unas dimensiones inverosímiles, de pura música.

El elepé Pat Garrett & Billy the Kid, producido por Gordon Carroll, fue publicado el 16 de julio de 1973, había sido grabado a principios de aquel año en unos estudios de la compañía CBS en la californiana Burbank, en el condado de Los Ángeles.

Knockin’ on Heaven’s Door es su canción estelar, apareció como sencillo, con Turkey Chase en la cara B, el 14 de septiembre del mismo año 73. El armonio que suena lo toca Carl Fortina, los coros maravillosos son de Brenda Patterson, Carol Hunter y Donna Weiss; al bajo Terry Paul, Roger McGuinn a la guitarra y Jim Keltner a la batería. La canción es de Bob. La canción la canta Bob.

Si leemos a Joserra Rodrigo nos dirá que “esta banda sonora del crepuscular western de Sam Peckimpah es una isla dentro de toda la creación de Bob Dylan. Aparte de en el papel del secundario personaje, Alias, el songwriter se metió de lleno en la metafísica del film para el que el director le encargó la música. Se empleó a fondo y publicó un disco fuera del tiempo y del espacio”.

“La Historia del Hombre en algo más de media hora, la BSO de Pat Garrett es el crepúsculo del ser humano. Es una obra maestra, y nunca le quitaría esa calificación, porque parece sencilla, muy fácil de componer, pero no lo es. La metafísica nunca fue un asunto liviano ni la pasión una palabra cualquiera”.

El disco, esa sinfonía, nos acerca hasta “ese período breve entre el anuncio de una muerte cantada, siempre absurda e injusta cuando es otro quien decide dártela, y el momento en que nos liberamos de dos ataduras: tiempo y destino”: Knockin’ on Heaven’s Door, “ese fresco grandioso con tres pinceladas que es Knockin´On Heaven´s Door […] Todo en la banda sonora está al servicio de Knockin´, ya que es el momento de liberación, de paso a una extraña paz, la aceptación del destino y el instante en que los ángeles hacen el pasillo al alma de Billy”.

Knockin’ On Heaven’s Door DICE ASÍ…

Mama, take this badge off of me
I can’t use it anymore
It’s gettin’ dark, too dark for me to see
I feel like I’m knockin’ on heaven’s door
Knock, knock, knockin’ on heaven’s door
Knock, knock, knockin’ on heaven’s door
Knock, knock, knockin’ on heaven’s door
Knock, knock, knockin’ on heaven’s door

Mama, put my guns in the ground
I can’t shoot them anymore
That long black cloud is comin’ down
I feel like I’m knockin’ on heaven’s door
Knock, knock, knockin’ on heaven’s door
Knock, knock, knockin’ on heaven’s door
Knock, knock, knockin’ on heaven’s door
Knock, knock, knockin’ on heaven’s door



Nos recuerda Joserra Rodrigo que, para Joaquín Sabina, Knockin’ on heaven’s door “es la mejor canción de todos los tiempos, y seguramente lo es”.

Así suena en la película de Sam Peckimpah…



MI KNOCKIN’ ON HEAVEN’S DOOR:

Todo es ya demasiado oscuro,
todo es ya sobre todo nada y rotundidad,
nunca hubo mejor final,
más exacto,
que estos silencios junto al cauce vivaz del río inocente:
¿sirvieron para algo mis latidos,
mi manera de beber aquella agua,
cualquiera de mis bostezos de hombre,
todos mis sonidos y todas mis famas?
No quiero tener nada que ver con la eternidad,
no ahora.
Al menos, mi amor no fue en vano.


Ya está…
DEMASIADO OSCURO PARA VER.
Fin.

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