Priscilla y Elvis (en una película de Sofia Coppola)

Priscilla Beaulieu es más conocida como Priscilla Presley. En 1985 publicó un libro autobiográfico que narraba sus años con Elvis Presley (1959-1972), titulado Elvis and me: the true story of the love between Priscilla Presley and the King of Rock N' Roll, escrito por ella misma (como Priscilla Beaulieu Presley) junto con la escritora Sandra Harmon. La cineasta estadounidense Sofia Coppola se basó en él para escribir el brillante guion de la más que correcta película que dirigió en 2023 (la novena suya) con el título de Priscilla, excelentemente fotografiada por Philippe Le Sourd, que contó con la soberbia interpretación de Cailee Spaeny (como Priscilla) y la también brillante de Jacob Elordi (como Elvis).

Cuando el crítico cinematográfico Luis Martínez dijo sobre Priscilla en El Mundo que el largometraje “reconstruye con gesto distante el carácter depredador de Elvis” creo que acierta, mejor dicho, eso es lo que yo vi; lo que no vi en modo alguno fue “un retrato sin alma, entre la denuncia y la fascinación”. El alma está en el puro arte cinematográfico de corte clásico que le pone a su empeño Sofia Coppola, en el cual no hay absolutamente nada de denuncia, sino de exposición de los ya sabidos tejemanejes de puro machismo posesivo con su dosis de maltrato psicológico que Elvis se gastó con la madre de su hija. La fascinación del cantante universal que vemos en la película es la que Priscilla estuvo viendo en él hasta que dejó de verla, con nosotros como espectadores del auge y la caída de esa atracción irresistible.

Comparto la opinión de Carlos Boyero en El País, donde le leí que mientras veía el filme a veces tuvo la sensación de que le estaban “contando un relato de terror” que creaba en él “misterio, compasión, perturbación”. Sí, definitivamente, “es una película extraña, obsesiva, con anverso y reverso”. Pepa Blanes comentó para la Cadena SER, en esa misma línea, que el filme es un “cuento de hadas terrorífico sobre el amor tóxico de Elvis y Priscilla”.

Lo que me hizo gracia fue leerle a Oti Rodríguez Marchante, en ABC, que “a Sofia Coppola no le gusta Elvis”. Jajajjjjaja.