El futuro no puede ser tan malo, ¿verdad, Nanni Moretti?

La película italiana El Sol del futuro (Il sol dell'avvenire es su título original), estrenada en 2023 y de una acertadísima duración, cabal, de hora y media, es el decimoquinto largometraje dirigido por el cineasta Nanni Moretti.


Estoy bastante de acuerdo con lo que escribiera Sergi Sánchez en La Razón sobre esta película profundamente política, social si se quiere, radical pero amablemente cómica, cuando afirmó que “al final, y ahí está la belleza de las contradicciones de El sol del futuro, hay un deseo, un sueño, y es precioso que Moretti tenga la fuerza para seguir persiguiéndolo”. Una película sobre el más grande sueño de la humanidad, que conste, el de la solidaridad ejercida en un mundo justo y libre (esa utopía irrenunciable para tantos).


Escrita por Moretti junto a alguna de las guionistas que colaboran con él en los guiones de sus recientes películas, Federica Pontremoli y Valia Santella, además de Francesca Marciano, esta comedia dramática (dramedia diría alguien). A mí como al crítico cinematográfico de El País Carlos Boyero, Nanni Moretti me parece un “señor tan raro como necesario” que en este filme “combina muy bien la comedia y el drama”, consiguiendo como resultado que me ponga contento. Algo tan infrecuente cuando vemos una película, todo hay que decirlo.

El sol del futuro, esta singularísima obra de cinedentrodelcine, este peculiar musical, está protagonizada por Moretti, claro, que hace un poco de él mismo, según suele ser marca de la casa, excelentemente secundado por la también cineasta (es una directora de prestigio, también, además) Margherita Buy, asimismo habitual en las recientes películas de él, y Mathieu Amalric, Silvio Orlando y Barbora Bobulova, entre otros, en tanto que la maravillosa fotografía es obra de Michele D'Attanasio.

Jugando (incluso un poco él solo, remedando otra escena futbolera similar de otro de sus filmes autobiográficos), Moretti hace, a decir de Oti Rodríguez Marchante para ABC, “escarnio, rapapolvo, en una película tan llena de homenajes, al cine, a la resistencia, a los principios, a la crítica nostálgica”.

Autocomplaciente y sin la autocrítica del cine anterior de Moretti: eso dicen de ella también otros expertos (de onanismo llega a hablar Nando Salvá en El Periódico). Pero yo lo que vi es una palabra muy querida a uno de los grandes protagonistas del filme, el comunismo italiano: compromiso. Con el cine y con la realidad social. Con la vida.

Ah, se me olvidaba, también hay un hueco para esa cosa llamada amor, tan inasible, tan para el arte. Y para el alma del baile como llama de la libertad.

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