Bill Ryder-Jones le regala al mundo un sorprendente primor: Iechyd da
Bill Ryder-Jones compone, produce, canta y toca (casi) todo lo que se escucha en su portentosa maravilla pop Iechyd da, de comienzos de 2024, su quinto álbum en solitario (tiene otros cinco con su primera banda, The Coral, que sigue en activo ya sin él desde 2008). [En Iechyd da la batería es de Phil Murphy, hay coros de Carl Roberts y Poppy Hankin, un chelo, violines, flauta, trompas, las voces del coro de chiquillos The Bidston Avenue Primary School y James Ford toca el bajo en una de las deliciosas canciones del álbum (We don’t need them). En una de ellas (I know that it’s like this baby) se escucha un sampleado de Baby, de Gal Costa y Caetano Veloso (del año 1969). Alguien lee en otra un pasaje del Ulises de Joyce… El piano, las guitarras y casi siempre el bajo es cosa de Bill. Y la voz, claro.]
El elepé (del que Íñigo López
Palacios escribió en El País que tiene “un sonido que abraza,
que hace que uno se sienta dentro de una cama calentita cubierto por un edredón
de plumas”) fue grabado en su propio estudio, Yawn (así se titulaba el primer
disco que grabó en él, el anterior suyo, de 2018), en la localidad donde vive y
crea Bill: West Kirby, en el condado de Merseyside, cercana a Liverpool,
costera. Pero él, William Edward Ryder-Jones, nació (en 1983) en otra localidad
próxima, Warrington (del condado de Cheshire). Es agarófobo y monófobo. Cree
saber que la felicidad no llegará. Nunca.
Lo que se ve en la portada del
disco es un pueblo también costero pero escocés llamado Crail. El cuadro es una
delicada obra pintada al óleo en 2022 por el escocés Dale Bissland que
Ryder-Jones conoció por causalidad a través de Instagram: se titula Texture
and light. El músico dijo en una entrevista que es donde vive el
disco.
Situemos artísticamente a Bill
Ryder-Jones. Mejor que se sitúe él mismo, tal y como dijo hace seis años:
“Escribo mejores canciones
cuando no estoy contento. Cuando estoy feliz tiendo a no hacer música”.
¡Salud! A tu salud y a la mía: escucha esta proeza. Brindemos igual que en el título galés de semejante álbum: Iechyd da. Como dice Bill, “claro que es un puñetero disco de ruptura”. Una luminosa manera de mostrar el dolor a través de la redención de la excelsa música pop.
Buenas noches.
[He de agradecerle a Fernando Neira que me diera a conocer días después de publicarse esta perla de oscuridad deslumbrante, a través de su fabulosa web Un Disco al Día]
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