Por fin he visto una de Aki Kaurismäki: Fallen leaves

El largometraje Fallen leaves (cuyo título original es Kuolleet lehdet), estrenado en 2023 y con una muy cabal duración de ochenta minutos está dirigido por el cineasta finlandés Aki Kaurismäki, quien se ocupó asimismo de su sucinto guion. Alma Pöysti y Jussi Vatanen son sus dos protagonistas, espléndidos, sobre todo ella. La magnífica fotografía fue obra de Timo Salminen.

Estamos ante una peculiarísima comedia dramática (de amor, romántica, vaya) que FilmAffinity considera la 25 Mejor película de 2023 y que aquel año se alzó con el Premio del Jurado del Festival de Cannes.

Es la primera película que veo del siempre muy considerado (cinéfilamente, al menos) Aki Kaurismäki, alguien que ha conseguido dejarme perplejo y hacerme volver a plantearme en qué consiste esto del arte cinematográfico. Debe ser ese algo inasible que sale de lugares imprevistos y se instala en algún lugar nuestro sin que podamos hacer nada al respecto, aunque nuestros sentidos nos digan que ese algo consiste en algo que pueda parecernos, en algunos momentos (qué diálogos, qué hieratismo prehumano), incluso ridículo.

Descubro algo de todo esto que no sé explicar muy bien cuando le leo a uno de los críticos cinematográficos de El País, el inefable Carlos Boyero, que Fallen leaves “no ofrece sorpresas argumentales ni estilísticas”, que “es más de lo mismo”, de manera que “los espectadores que disfrutan de las claves de este director, de esa forma tan peculiar de retratar (...) van a seguir fascinados y conmovidos”. No sé cuáles son esas claves, no sigo fascinado, quizás empieza a estarlo. Eso sí, dudo que llegue a conmoverme Kaurismäki. Por cierto, para otra de las críticas de El País, Elsa Fernández-Santos, es esta “comedia romántica minimalista” una “nueva obra maestra” suya, en la que el cineasta finlandés busca “la humanidad de Chaplin en tiempos de guerra en Ucrania”. La humanidad de Chaplin, vaya.

Más obra maestra ve en la película Luis Martínez (en El Mundo), para quien Kaurismäki “depura hasta la perfección su personal y desolada mirada de un mundo que se desmorona”. Sería pues Fallen leaves, “en su absoluto vacío” de una belleza “de tan puro sucia como es”.

Es hermosa y atípica, sin duda, de una poética narrativa magnífica, de una tristeza que sale de su propio corazón de film para lavarnos el alma: este sería un resumen de otras reflexiones profesionales que he leído sobre Fallen leaves. Te dejo solo frente a ella, para ver si tú también disfrutas de algo admirable en medio de la inigualable manera de poner la cámara frente a unos actores a punto del desmoronamiento como si eso acabara por ser la belleza que nos pasamos el día buscando entre las ruinas del mundo moderno.