Unas (500) palabras sobre el GRAPO
GRAPO es la sigla de Grupos de Resistencia Antifascista Primero de Octubre, una banda armada terrorista española fundada en los estertores del franquismo, en el año 1975, antes del fallecimiento del dictador Francisco Franco.
De ideología marxista-leninista, la justicia española estableció décadas más
tarde, ya asentada la democracia en el país, que el GRAPO, formado por un par
de cientos de miembros, fue “el brazo armado del Partido Comunista de España
(reconstituido)”, fundado en junio de aquel año 75 como una escisión del
Partido Comunista de España (PCE).
Si hay alguien que sepa sobre estos terrorismos de la llamada Tercera
Ola es el historiador español Juan Avilés Farré. Por eso quiero aquí
seguir lo que escribe sobre el GRAPO en el libro Héroes de la retirada: la disolución de ETA
político-militar, aparecido en 2022 y coordinado por Gaizka
Fernández Soldevilla y Sara Hidalgo García de Orellán:
“La historia de los GRAPO es la de
una banda fanática cerrada en sí misma y sin contacto con la realidad
social, que continuó matando durante tres décadas, sin plantearse nunca la
renuncia a la lucha, pero cada vez con menos miembros y menos efectividad.”
El “peor atentado” cometido por banda lo llevó a cabo en mayo de 1979 en la
cafetería madrileña, que causó 8 muertes. Ese mismo año fueron detenidos,
después, “buena parte de sus militantes”, cuando no resultaron muertos en el (nunca
buscado) enfrentamiento con las fuerzas de seguridad.
“En el verano de 1983 la prensa se
hizo eco de contactos entre funcionarios del Ministerio del Interior y presos
de los GRAPO, pero no fructificaron y lo mismo ocurrió con los contactos que
supuestamente se produjeron en 1997”.
A finales de 2000 la mayoría de sus dirigentes fueron detenidos en Francia,
gracias a que había dado comienzo, por fin, la colaboración francesa. Ese gran
éxito se repitió dos años más tarde.
“La banda fue desarticulada casi por
completo y su último asesinato se produjo en 2006”.
Avilés Farré menciona el trabajo del sociólogo y politólogo Lorenzo Castro, su tesis doctoral, dedicado al PCE (r) y el GRAPO, donde se apuntala que, y estas son palabras de aquél, no de éste:
“La extraordinaria persistencia de
esta banda terrorista solo puede explicarse por los fuertes lazos entre sus
miembros, en parte familiares y de amistad, y por una identificación
absoluta entre su proyecto personal y su militancia ideológica, llevada al
extremo por dos de sus miembros, que murieron durante huelgas de hambre en la
cárcel” (Juan José Crespo Galende, en 1981, y José Manuel Sevillano, en 1990).
Como ETA lo sería poco después, el GRAPO fue derrotado por el Estado de derecho. El terrorismo de la llamada Tercera Ola (el del IRA irlandés, ETA y Grapo, la Fracción del Ejército Rojo alemana y las Brigadas Rojas italianas), “que en sí mismo era un sucedáneo de las insurrecciones armadas de antaño, fue un fenómeno no sólo minoritario sino contrario a la marcha general de unas sociedades europeas marcadas por el desarrollo económico, el bienestar social y la estabilidad democrática".
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