Hola, 2025

 

Que el íbice te mire con ganas de pelea no es óbice para que me devuelvas el ónice.

 


“La poesía se escribe cuando ella quiere”. José Hierro anticipa mi gran proyecto de 2025, una colección de libros escritos por especialistas de primer nivel sobre los principales asuntos centrales de la cultura. Por cierto, Javier Salvago llegó a afirmar que “la poesía es lo que no gusta a los críticos”. Y Nuccio Ordine escribe en La utilidad de lo inútil: “Considero útil todo aquello que nos ayuda a hacernos mejores”.

A modo de ejemplo, ya digo: qué es la poesía, le pregunto a Manuel Rico y me responde: “la poesía es lenguaje en su más alto grado de tensión significativa, es la cumbre del lenguaje, es el acercamiento a lo sagrado, tiene algo de cercanía con la divinidad, tal vez por eso es el género o el arte literario que ha propiciado el más alto grado de tensión en las disputas y debates estéticos”.

O a Roberto Villar, que me ha contado qué es eso a lo que llamamos humor. “Explicar la naturaleza de la risa y de las lágrimas equivale a revelar la condición humana, pues en cierto sentido esta última se compone de aquéllas”, escribió William Hazlitt, que dijo asimismo aquello de que “el hombre es el único animal que ríe y llora, pues solo a un animal como él le asombra la diferencia entre lo que son las cosas y lo que deberían ser”. Para Roberto “el humor surge de una contradicción entre dos ideas o dos sentimientos: uno plácido, habitual o esperable, y el otro inesperado, sorprendente”.

Editar es dialogar con un autor para que el autor pueda mostrar cabalmente su creación a sus lectores.

Los libros que nos hacen el mundo mejor son los mejores. Ante las desgracias al menos son capaces de actuar como atenuantes. Larga vida a la vida.

 

El fútbol, más cuentos, algunos poemas… Y mi madre. Esos son los libros que escribo. Reflexión, análisis, fabulación, algo de poesía. Contarlo todo menos lo verdaderamente importante, escribir ante todo, sobre todo, por todo, de todo, en todo. Para casi nadie. Convertir los resquicios en lo inefable, hacer de lo espléndido algo corriente. Magia en lo cotidiano. Rutina a lomos del embeleso.

 

Una vez le leí en Facebook a Jesús Montiel que “en el colegio, la asignatura más difícil no fueron las matemáticas, sino desatender las ventanas.” También que “Lo que sucede a cada instante es milagroso. Esperar un milagro es el trabajo de los que viven ciegos.” Y el caso es que no sé quién es Jesús Montiel. (Que sí, que sí que lo sé.)

 

En 2025 seguiré publicando cada día, claro, un artículo aquí, en Insurrección. Por ejemplo, uno titulado ‘Duke Ellington tiene una canción que se titula La Virgen de la Macarena’. Y otro sobre el grupo La Granja, que sé que mis hermanos lo están esperando. Le debo a mi madre, a quien no le hacían ninguna gracia, un artículo sobre Faemino y Cansado, porque cada vez que los recuerdo me acuerdo de ella.

 

Y en Faccebook podré por fin decir eso de que hay un instante en cada día durante el cual todo encaja para que nos parezca que la vida tuviera un propósito.

 

Recuerdo que le contaba a mi hijo Arturo unos cuentos muy divertidos y tiernos de dinosaurios que me inventaba sobre la marcha y que él me pedía que le repitiera al día siguiente de manera que yo cuando le contaba a mi hijo mayor unos cuentos muy divertidos y tiernos de dinosaurios que me inventaba sobre la marcha él me pedía que se los repitiera al día siguiente de forma que yo le contaba a mi hijo mayor unos cuentos muy divertidos y tiernos de dinosaurios que me inventaba sobre la marcha y que nunca eran el mismo cuento al día siguiente, por más que el dinosaurio estuviera allí cuando él se dormía. Tal vez escriba sobre ello. Tarde o temprano.

 

Regresaré aquí, en Insurrección, con mi matraca sobre la GUERRA CULTURAL. Porque creo firmemente que la diversidad es lo que les queda a los que se dejaron robar la palabra LIBERTAD. Diversidad frente a libertad, la Primera Guerra Cultural Mundial.

En ese sentido…

Cabe entender que hay quien es sencillamente de derechas pero se hace el molón como megadigno perfecto y luego están los que se consideran simplemente megadignos perfectos: entre unos y otros está la explicación de por qué ganan las elecciones las derechas.

Creo que no hace falta discutir con gente cabal que defender los derechos no es una cuestión de ideas, porque las ideas que no defienden los derechos conseguidos por la humanidad no son ideas, son PUÑETAZOS.

 

Además, por supuesto, continuaré publicando mis reflexiones sobre la utilidad de la Historia (comenzaré por participar en la edición del próximo libro de Justo Serna sobre ese asunto, que formará parte de la colección de la que ya he hablado). Reflexiones como esta:

Cuando se dice que “no nos han contado” determinados aspectos o momentos del pasado, me parece realmente entender “no me han contado” o “no me he molestado en aprender…” Sobre el pasado los historiadores llevamos escribiendo TODA LA VIDA, y hay asuntos del pasado de los que sabemos lo suficiente como para que al explicarlos NADIE pueda decir que “no se lo han contado”. Si no te han contado algo del pasado, infórmate: lee a los que saben. Nos llaman historiadores.

O esta otra:

Se sigue escribiendo demasiado a menudo 'en contra de' o 'a favor de', en lugar de 'sobre'. Y eso, en Historia, es un pecado mortal, un delito de lesa majestad, una abracadabrante manera de conseguir que al final cualquiera pueda ilustrarnos sobre el pasado pues le bastará con ser uno de los nuestros.

 

Cada vez que despreciamos lo que hacen o les gusta a los jóvenes morimos un poco más. Es como si estuviera uno viendo desmoronarse algo y ese desmoronamiento fuera más hermoso que haberlo impedido. En medio de todo el ruido que todos producimos constantemente sobre cualquier asunto de vital importancia es normal que las mentes más simples sólo decidan elegir para alimentar sus bobos caletres aquellos mensajes que mejor encajan en su manera de odiar aquello que creen temer, en su manera de temer aquello que quieren odiar. Los ignorantes lo son más cuando se jactan de ello y tratan de convertirlo en superioridad moral o estética. Con todo esto del sobrevenido conocimiento, por parte de algunos, de la importancia planetaria de Taylor Swift, se ha demostrado que hay mucho cavernoso cavernario por ahí: gente inculta que va de lista. Y no es una cuestión de gustos, es una cuestión de aparentar sabiduría desde la ignorancia más supina.

 

No hay mucha gente que nos quiera. Deberíamos tener siempre presente eso. Entre unos y otros, lo que está en peligro de extinción es amar. Porque, que nadie te engañe: no vas a disfrutar jamás de nada más hermoso que el amor.

Hacía algo de tiempo que no la escuchábamos. ¿Verdad, Marga, amor mío?

Desde el Royal Albert Hall...

 

las estrellas centellean

como diamantes rebeldes

cortados por el sol

cuando tú me lees la mente

 


 

(Este artículo está dedicado a nuestros seis hijos y a nuestros dos nietos.)

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