No quiero que se termine Carry that weight…; por Guillermo Jiménez

Terminé de leer Carry that weighty otros cincuenta cuentos (musicales) de José Luis Ibáñez Salas en Sílex Ediciones y pensé que si vuelvo a Facebook después de cuatro meses de ausencia será escribiendo sobre este libro.


Mario, de la librería La Selva Dentro, me avisó ayer de que ya tenía el libro que le pedí hace unos días. En cuanto pude me acerqué a por él. La siguiente escena que se me ocurre es contar que, en la oficina, le dije a mi compañera Juani que me hiciera una fotografía con su móvil. Es en la que salgo, en noviembre de 2024, a mis casi sesenta años, con el libro de JLIS en las manos.

Luego, cuando llego a casa y enciendo el ordenador busco el significado de Carry that weight. Mi paupérrimo inglés me llevó a imaginar que significaba ‘Cargar ese peso’. Y más o menos acierto.

El Carry that weight que da título al libro es una canción de los Bítels, incluida en el álbum de la famosa imagen en la que salen George, Ringo, John y Paul cruzando un paso de cebra.


En la cubierta del libro de José Luis Ibáñez Salas -con ilustración de Pedro Arjona- aparece de fondo, aparte de los músicos de los Bítels (son los Beatles, pero plagio a JLIS) la entrada de Matadero de Madrid. O eso creo. Como también me gustó la cubierta, lo digo. [Lo es, Guillermo, bueno, no excactamente, pero sí son naves de ese entono hoy cultural.]

Por la tarde me pongo a leer cuento a cuento. Me da rabia. Cuando levanto la vista de las páginas me doy cuenta de que casi he terminado el libro. Y no quiero. Tan pronto no.

Aparco el libro encima de la mesa del salón, cerca de mí. Y me pongo a escribir cualquier historia, como hago cada vez que no leo.

Al rato, no lo puedo remediar, retomo la lectura de Carry that weight… No son cuentos de música, vocalistas o grupos de música. O sí, pero no sólo. Bítels, Rollins, The Kinks, Camilo Sesto, Tequila, Mecano, Gabinete Caligari, Nacha Pop -que yo sé que le gustan mucho a JLIS: lo he leído en la cabecera de su blog-, Los Secretos, The Clash, Blondie, Debbie Harry, Elvis, Michael Jackson.

Y el Madrid de los ochenta. Y amores ochenteros. Y batallitas escolares de los setentas. Macarrillas. Amenazas. Y primeros amores eternos mientras duraron. Y besos inolvidables olvidados. Y algunas de las calles cercanas al ya derruido estadio Vicente Calderón y del Manzanares. Y el Madrí de fútbol. Y Madriz. Y hasta Mortadelo y Filemón. Y yo era de los que decía “bestebpó” y no “persepbo” cuando escuchaba la banda sonora de Grease. Y en el libro de cuentos (musicales), que son más mucho más que cuentos (musicales), hasta salen El Quijote y Bartleby. Y otros libros y otras lecturas.

La suerte del libro Carry that weight y otros cincuenta cuentos (musicales) -mientras escribo, en YouTube suenan los Bítles: empecé por esa canción y luego saltaron Yesterday, el Obladí Obladá y otras que también salen en el libro- de José Luis Ibáñez Salas es que es de los que hay que leer más veces.

Gracias por estos buenos momentos que, cuento a cuento del libro, han hecho correr por mis venas recuerdos de travesuras, canciones, vivencias, ideas, amores olvidados, los primeros bares y besos o nostalgias suculentas y nutritivas, tan cercanas como ciertas, vividas e imaginadas, solo por leer un libro con música de fondo como este Carry that weight y otros cincuenta cuentos (musicales).

Fin.

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