La insoportable levedad de Genesis
Estaba escuchando a Genesis y he tenido que poner a Paul Collins Beat. No podía trabajar, leía mal, todo era un desbarajuste sin sentido. Que no digo yo que no acabe por ser eso la realidad, pero... La realidad es menos viscosa cuando suena power pop, ¿que no?
Escritura catárquica para salir del
confinamiento de unas gallinas confitadas que nunca pudieron leer la poesía
traducida de una señorita llamada Emily ni escuchar un solo segundo de ningún
disco de Genesis ni contemplar hipnotizadas nada de lo que rodara para la
posteridad postergada un tal Dreyer. Emily Genesis Dreyer, más líbranos del
mal. Amén.
Lo que casi acaba con el pop, según Nick Hornby: la música de Pink Floyd, Yes y Genesis “parecía sintética y sin aire, e incluso entonces parecía como si todos los programadores de rock fueran más bien músicos clásicos, como si el pop estuviera por debajo de ellos de algún modo. Te conducían por un callejón sin salida; no había ningún sitio adonde ir”. [Que conste, Pink Floyd siempre me gustaron, y de Yes hay cositas...]
Hablando de su aclamado libro sobre Peter Gabriel,
el historiador Javier de Diego Romero decía que “a Ibáñez Salas no le gusta el
Peter Gabriel de Genesis porque nunca pudo comprender en qué consistía la
maravilla de aquel grupo, pero sin embargo adora la carrera en solitario de
Peter”. Así es.
Comentarios
Publicar un comentario
Se eliminarán los comentarios maleducados o emitidos por personas con seudónimos que les oculten.