¿Qué fue el Bienio Progresista?, por Miguel García del Río
En la historia de España, Bienio Progresista es la denominación por el que es conocido un periodo del reinado de Isabel II, transcurrido entre julio de 1854 y julio de 1856, en el cual el Partido Progresista pretendió reformar el sistema político existente hasta ese momento, dominado desde 1844 por el Partido Moderado, intentando ahondar en las características propias de un régimen netamente liberal.
El Bienio Progresista puso fin a la llamada Década Moderada (1844-1854)
y tuvo su origen en el pronunciamiento conocido como Vicalvarada, que
tuvo lugar en las proximidades de la ciudad de Madrid a finales de junio de
1854.
Si bien en sus inicios no dejó de ser una asonada
militar de orientación conservadora, protagonizada por el general Leopoldo O’Donnell,
se convirtió con gran celeridad en un movimiento liberal dirigido
por los sectores progresistas. De hecho, el contenido del conocido como Manifiesto de Manzanares, si bien fue firmado por el propio O’Donnell el 7 de julio de ese
mismo año, contenía ya reivindicaciones alejadas de los postulados
conservadores gobernantes hasta ese momento. Este hecho facilitó la extensión
del proceso revolucionario a lo largo y ancho del territorio español.
Ante tal situación, la reina Isabel II no tuvo más
opción que encargar al general Baldomero
Fernández-Espartero, de clara
orientación progresista, que encabezara un nuevo gabinete ministerial. Éste se
constituyó el 19 de julio y en él entró a formar parte el propio O’Donnell
asumiendo el ministerio de la Guerra.
En este contexto fueron convocadas Cortes Constituyentes que, una vez celebradas en noviembre de ese mismo año, no
hicieron sino profundizar en la legislación liberal que había sido interrumpida
diez años atrás por el moderantismo. Las fuerzas progresistas, crecidas ante el
éxito popular y legislativo, se embarcaron en la redacción de una Constitución (non nata, pues no llegó
a promulgarse ni a entrar en vigor) que respondía al ideario progresista ya
expresado en las cartas magnas promulgadas en 1812 y 1837.
De todo el corpus legal desarrollado en el Bienio, la
ley más significativa de cuantas promovió el gobierno progesista fue la
de Desamortización Civil
y Eclesiástica, publicada en
mayo de 1855 por iniciativa del ministro de Hacienda, Pascual Madoz.
El 14 de julio de 1856, el enfrentamiento político
entre las dos principales figuras del Bienio (es decir, Espartero y O’Donnell),
además de una aceleración del proceso
revolucionario puesto en
marcha con la llegada de los progresistas al poder, llevó a la dimisión de
Espartero y a la sustitución de éste por O’Donnell al frente del gabinete.
Una vez que O’Donnell se convirtió en protagonista principal de la vida política española, se produjo el consiguiente alejamiento del poder de los progresistas y la restauración del régimen moderado, que dominaría el sistema político español a lo largo de varios lustros, aunque en esta ocasión de la mano de un nuevo partido, la Unión Liberal, creada en torno a O’Donnell, hasta que la revolución de 1868 provocara el destronamiento de la reina Isabel II y el inicio del conocido como Sexenio Democrático.
[Este texto de Miguel
García del Río apareció el 25 de junio de 2014 en la revista Anatomía de la
Historia]
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