Szymborska y el talento (de los demás)


La escritora polaca Wisława Szymborska fue galardonada en 1996 con el Premio Nobel de Literatura. Fundamentalmente poeta, Szymborska también fue una de las editoras de la revista Vida Literaria. En 2018, seis años después de su fallecimiento, la editorial Nórdica Libros publicó su Correo literario (Poczta literacka, en el original en polaco), traducido por Abel Murcia y Katarzyna Moloniewicz, un breve libro que recoge algunas de las (habitualmente desagradables, aunque pretendidamente divertidas) respuestas de Szymborska a los escritores que intentaban debutar y se dirigían (ingenuamente) a Vida Literaria, cuyo consultorio dirigía ella misma.

Para ser el primer libro que leo de la poeta polaca, me parece que he tenido muy mala suerte. (Debería haber leído un poemario suyo, pronto tendré que hacerlo.) Voy…


La catedrática de literatura polaca Teresa Walas, gran amiga de Szymborska, seleccionó una buena parte de aquellas respuestas aparecidas a lo largo de los casi 21 años de Vida Literaria, concretamente 236. y las publicó en el año 2000. La edición que yo he leído incluye una conversación entre ambas sobre el correo literario que protagoniza este librito. Lo más interesante de esa charla es, a mi modo de ver, aparece cuando las dos hablan sobre el talento:

 

“TW: Mientras leía el correo me he dado cuenta de que eres una de las pocas personas que tiene el valor de decirle a un simpatizante de la literatura que un escritor ha de tener talento. Los críticos serios en nuestros días no se sienten a gusto utilizando esa palabra, forma parte más bien de las palabras silenciadas, por no decir desacreditadas.

 

WS: Y quizás sea justo que sea silenciada, porque el talento es un concepto difícil de definir científicamente. Pero eso todavía no significa que algo que cuesta definir no exista. La verdad es que yo como no me dedico a la crítica literaria puedo permitirme ciertas libertades. El talento… Algunos lo tienen y otros no lo tendrán nunca, y que conste que eso no significa que esos otros no tengan nada que hacer, pueden llegar a ser excelentes bioquímicos o descubrir por ejemplo el Polo Norte.

 

TW: Si mi memoria no me engaña, ya hace mucho que se descubrió”.

 

La propia Wisława Szymborska le contesta en una de esas cartas a un lector que “el talento literario no es un fenómeno de masas”. A un lector que les pregunta qué hay que tener para ser escritor le responden que “hay que tener algo de talento”, al menos y sin duda. Algo de talento. ¿Es esto crueldad o humor sabiondo?

Cuánta mala baba encuentro en este correo literario burlón, repleto de categoría literaria para reírse de quien no la tiene pero ha cometido el error de enfrentarla al discernimiento de quien se comporta como una arpía escritora contra la seguramente idiota bondad de pretendidos escritores ya denostados para siempre.

 

“No todo el que sabe dibujar un gato sentado o una casa con humo saliendo de la chimenea y una cara compuesta por un círculo, dos rayas y dos puntos será en el futuro un gran pintor. De momento, tus poemas, querido Marlon, están justo en la fase de esos dibujos. Sigue escribiendo, piensa en la poesía, lee poesía, pero preocúpate también de conseguir un oficio de provecho, al margen de la protección de las musas. Según tenemos noticias, son unas histéricas y las histéricas no son de fiar”.

 


Es este un libro repleto de consejos como ese que dice que “el mayor honor y el mayor prestigio es hacer de forma intachable lo que uno sabe hacer” o aquel otro que afirma que, regresamos al talento, “ninguna clase magistral puede ayudar a crear talento: en el mejor de los casos, puede ayudar a ese talento, en caso de que ya exista, claro”. El talento, ya digo

 

Despido este librito con otras dos monsergas:

 

“Su poema, de momento, carece de actualidad, seguimos escribiendo jinete, hormiga, hallé. Si en la ortografía se producen cambios beneficiosos para usted, se lo comunicaremos sin falta personalmente”.

 

“Cualquier cosa en este mundo se desgasta con el uso, excepto las reglas gramaticales: utilícelas sin miedo, hay suficientes para todos”.

 

Me quedé en la página 40. El libro tiene 170. Lo dicho: tendré que leer a Szymborska cuando escriba poemas de los suyos. Prometo hacerlo.

 

"Hay algo aquí que no empieza

a la hora de siempre.

Hay algo que no ocurre

como debería.

Aquí había alguien que estaba y estaba,

que de repente se fue

e insistentemente no está”.

Del poema ‘Un gato en un piso vacío’, de Wisława Szymborska

Comentarios

  1. Leeré las obras de la premio nobel de literatura 1996...con unas pocas muestras me obliga a leerla

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