El último duelo: Scott regresa a la Edad Media
El último duelo es muy larga. Una película larguísima. Claro que es lo normal si te cuentan tres veces lo mismo. Bueno, lo mismo no. Que hay matices. Los matices entre la realidad y la verdad, entre lo que es y lo que queremos, creemos o creímos que fuera o que sea. Vaya jaleo. Larguísima, en definitiva. Y es que dura algo más de dos horas y media. Aunque el tiempo es relativo, si lo sabré yo.
Cuando digo es, evidentemente, quiero decir se me hizo. Se me
hizo muy larga. Pero la vi. No la disfruté, pero verla, la vi completa.
The Last Duel (es su título original, la película es una producción estadounidense), fue estrenada en el Segundo Año de la Gran Pandemia, 2021: es la vigesimoséptima película dirigida por el cineasta británico Ridley Scott (que ese mismo año estrenaba asimismo su película número 28: La casa Gucci), a quien debemos algunas joyas cinematográficas como Alien, el octavo pasajero, Blade Runner o Thelma y Louise. (Pero también pelis infumables, para mí lo fueron, como 1492: la conquista del paraíso y su otro largometraje medieval: El reino de los cielos.) Su guion fue escrito por Ben Affleck, Matt Damon y Nicole Holofcener, quienes adaptaron un libro de 2004 del crítico literario estadounidense especialista en literatura medieval Eric Jager titulado The Last Duel: A True Story of Trial by Combat in Medieval France. Y su fotografía fue responsabilidad de Dariusz Wolski.
Los protagonistas de El último duelo son los actores Matt Damon,
Adam Driver, Jodie Comer, Ben Affleck y Harriet Walter, de entre quienes
destacan ellas, las actrices, espléndidas Comer y Walter, y tal vez un Damon
poco adorable.
Acabo. UNO. Menos mal que en ningún ordenamiento jurídico existe ya la ordalía.
Lo que sí sigue existiendo es el dominio de los hombres sobre las mujeres en
muchas partes del mundo.
Y DOS. Estoy bastante de acuerdo con el crítico cinematográfico (alguien que sabe de cine, y no yo, un simple espectador) Luis Martínez, quien escribiera de El último duelo en el diario El Mundo que es una película "tan espectacular como desenfocada”. Para él, también para mí, “el problema no es la idea, sino las pocas ideas que, contra todo pronóstico, aporta el director en la puesta en escena”. Eso sí, “el duelo (final) resulta sencillamente irresistible." Y eso ya es cine, cine del bueno.
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