El pasado que no pasa y Ruanda en una serie de televisión
La memoria (histórica), el pasado que es el presente y es el futuro, la paz (¿y la reconciliación?)… El olvido como una rémora para la felicidad. Ruanda como emblema del horror inolvidable.
Black
Earth Rising es un thriller político muy competente. Estrenado en 2018, sus ocho
horas se dividen en ocho capítulos escritos y dirigidos por el británico Hugo
Blick, que ha contado especialmente con la fotografía de Hubert Taczanowski y
con las dos magníficas actuaciones de la actriz (y cantante y guionista y
poeta…) también británica Michaela Coel y el extraordinario John Goodman (sin
olvidar la destacada intervención de Tamara Tunie como la secretaria
estadounidense de Estado Eunice Clayton).
Quizás exagerara Daniel D'Addario cuando escribiera en Variety que Black Earth Rising "malgasta las buenas intenciones de la audiencia con giros mal concebidos, clichés y, lo peor de todo, diálogos poco verosímiles."
Yo estoy
más de acuerdo con Susannah Butter, quien en el London Evening Standard
apuntó que "es un thriller tenso con temas importantes, un reparto
excelente y una trama sustanciosa y relevante: lo que hace que sea brillante es
cómo maneja las cuestiones complicadas".
Sus
personajes no están basados en ninguno realmente existente, pero lo que nos
cuenta Black Earth Rising (el pasado reciente y pavoroso de la pequeña
república africana de Ruanda) sí que está muy ceñido a la más que probable
realidad (ya sabes, esa clase de ficción no sólo creíble sino lindante con la
realidad, con la verdad).
Quizás,
eso sí, sus ocho horas sean demasiado tiempo.
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