De la serie The Boys

Acabo de terminar de ver la primera temporada de la serie estadounidense de televisión The Boys, de 2019. Ocho horas repartidas en ocho espléndidos capítulos divertidos, serenamente trepidantes, de puro género cómicdesuperhéroes especial para quienes los superhéroes no son para tanto (y quizás para los demás): una experiencia visual satisfactoria en la que volver a aprender que hacer lo que se debe puede ser un principio moral según de quiénes hayamos aprendido el sentido del deber, de la responsabilidad, la naturaleza horrible del Mal, la simpleza evidente del Bien. Buenos y malos, sí, muy buenos y muy malos, con los suficientes matices que la pura ficción realista permite en esta magnífica suspensión de la credulidad que, a su vez, se suspende a sí misma para asumir una credibilidad fabulosa, no fantástica.
Este texto pertenece a mi artículo ‘The Boys, superhéroes de barro’, publicado el 26 de julio de 2020 en Periodistas en Español, que puedes leer completo EN ESTE ENLACE.

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