Escuela de calor
Escuela de calor, o de cómo el grupo musical español Radio Futura acabó de reinventarse ya sin la primacía de aquel creador que era Herminio Molero, cuyo arte tan poco tenía que ver con lo que Santiago Auserón —y quienes le siguieron en la banda— quería hacer con la música (pop) moderna (española).
Primero había sido La estatua del jardín botánico, al año siguiente Dance usted y uno después, ya en 1984, llegó Escuela de calor. Radio Futura eran ya Radio Futura, aunque yo no podré olvidar nunca que estuve Enamorado de la moda juvenil.
“Entre el punk y el funk queríamos
que el castellano se expresase con libertad”, dijo de ella su principal autor y
cantante, Santiago Auserón (los otros compositores de la canción fueron
los demás miembros de Radio Futura, su hermano y bajista Luis, el
guitarrista Enrique Sierra y el batería Solrac).
En aquellos tiempos, las canciones verdaderamente importantes del pop español se vendían bien en sus elepés, en sus sencillos: de hecho, el single que tenía en la cara A Escuela de calor (y en la B la portentosa maravilla pop que es Historia de play-back) llegó a liderar las listas de los singles que más comprábamos en aquella época que ya empezaba a olvidar a Franco.
Los 3 minutos y 31 segundos (casi la
duración ideal de una cancón pop, dicen) de Escuela de calor se
incluyeron en el elepé de aquel año 1984, el segundo del grupo, La ley
del desierto/La ley del mar, donde había también una versión
instrumental de ella, 26 segundos más corta.
La ley del desierto/La ley del mar, una joya discográfica de primer nivel repleta de canciones memorables, se grabó en los estudios madrileños Doublewtronics entre diciembre de 1983 y enero de 1984 (las mezclas se llevaron a cabo en los primeros días de febrero de ese último año) con la dirección de Jesús N. Gómez (encargado además de las mezclas y de los teclados que suenan) y bajo la producción de los propios miembros de Radio Futura.
De la relevancia descomunal de Escuela
de calor habla el hecho de que la revista musical Rolling Stone, en
su edición española, la aupara en el año 2010 hasta el puesto número 8 de las 200
Mejores canciones del pop-rock español (por detrás de Mediterráneo, de Joan Manuel Serrat; Chica de ayer, de Nacha Pop; Black is
black, de Los Bravos; La leyenda del tiempo, de Camarón de la
Isla; Get on your knees, de Los Canarios; Volando voy, también de
Camarón; y ¿Qué hace una chica como tú en un sitio como éste?, de Burning: todas ellas prodigiosas estelas en
la historia de la música (pop) española).
“Fijémonos en el
arranque de Escuela de calor: esa batería casi tribal, africana, que
deja en bandeja el punteo rítmico de Sierra. Esos 15 segundos son una
declaración de intenciones en toda regla. Y más: te pone de un rotundo buen
humor”: es lo que escribió el crítico musical Carlos Marcos el 21 de
mayo de 2010 para Rolling Stone con motivo de esa colocación de Escuela
de calor en la lista de Mejores canciones del pop-rock español.
Además de incluirla en un maxisingle en aquel año 84 —lo habitual, la de los 80 fue casi toda ella la década de los maxisingles y las baterías programadas—, Escuela de calor cinco años más tarde volvió a ser la cara A de un single (con En el chino en la cara B), en la versión en directo que abría el álbum en vivo Escueladecalor. El directo de Radio Futura.
Todavía más funky, Radio Futura la grabaron en 1992 de nuevo para el elepé recopilatorio de nuevas versiones en estudio Tierra para bailar, producido por Jo Dworniak, donde se la renombró como The school of heat y duraba 4 minutos y 43 segundos vanguardistas y tal vez superfluos.
Y, en 1994, en Memoria del porvenir
(antología de Radio Futura), una vez más, Escuela de calor comenzaba
ese otro peculiar recopilatorio —que contaba con algunas nuevas regrabaciones— y
duraba en su nueva (y confusa y quizás también innecesaria) versión 4 minutos y
16 segundos.
Arde
la calle al sol de poniente, hay tribus ocultas cerca del río. Esperando que
caiga la noche. Hace falta valor, hace falta valor, ven a la escuela de calor.
Sé
lo que tengo que hacer para conseguir que tú estés loco por mí. Ven a mi lado y
comprueba el tejido, mas cuida esas manos, chico.
Esa
paloma sobrevuela el peligro, aprendió en una escuela de calor.
Vas
por ahí sin prestar atención y cae sobre ti una maldición.
En
las piscinas privadas las chicas desnudan sus cuerpos al sol.
No
des un mal paso, no des un mal paso, esto es una escuela de calor.
Deja
que me acerque, deja que me acerque a ti, quiero vivir del aire, quiero salir
de aquí.
Arde
la calle al sol de poniente.
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