¿Te gustó más el cómic o la peli? Hoy: La casa

En el año 2015, el reconocidísimo historietista español Paco Roca publicó La casa, un cómic que cinco años más tarde se alzó con el prestigioso Eisner Award for Best U.S. Edition of International Material, uno de los galardones de los reconocidos Premios Eisner. Sobre ese libro escribí aquí algunas palabras con la ayuda de Fernando Marías.

Nueve años después de su publicación, en 2024, el tercer largometraje del cineasta español Álex Montoya adaptó La casa para las pantallas en un hermosísimo filme que no necesitó más de 80 minutos para emocionarnos como ya lo había logrado el propio Roca.

Escrita por el propio Montoya junto a Joana M. Ortueta, la película La casa está espléndidamente interpretada por David Verdaguer, Óscar de la Fuente y Olivia Molina, los tres resplandecientes, y por las conmovedores Marta Belenguer, Lorena López y María Romanillos, además de Jordi Aguilar y los veteranos y siempre excelentes Miguel Rellán y Luis Callejo, y la niña Tosca Montoya, hija del director, sorprendentemente encantadora en su papel.

 

“Una pequeña gran película de emoción contenida, tan entrañable como evocadora”.

Salvador Llopart (La Vanguardia)

 

A mí me pareció en sí misma una película brillante llena de la emoción de lo reconocible, la vida de nuestros padres, las casas donde crecimos y fuimos siendo lo que somos, el amor entre hermanos… Las familias. La nuestra, por ejemplo, la de cada uno, la de los personajes de La casa… Una película brillante que tiene el mérito de adaptar singularmente un excelente tebeo (un cómic, ya sé) a un lenguaje creativo no tan distinto. Singular y artísticamente de una manera impecable. Agarrándole a uno un poco el alma para hacerla más bella, algo a lo que contribuye no poco la atractiva fotografía de Guillem Oliver.

 

“Preciosa (...) Todos, ustedes y yo, podríamos ser los habitantes de La casa, la novela gráfica de Paco Roca que ha adaptado al cine Álex Montoya con la calma, la sutileza, el brío, la delicadeza y la verdad de las pequeñas grandes obras”.

Javier Ocaña (El País)

 

En efecto, esta profundamente emotiva creación artística del duelo “es conmovedora, triste y a la vez divertida”, como dijera José M. Romero en la Cadena SER. ¿El equilibrio es imposible?