Aquella película titulada Velvet Goldmine
Velvet Goldmine es puro artificio, en el peor sentido de la palabra. O quizás en el mejor, en el mejor sentido artificial de la palabra artificio, entendida esta como algo creado por el ser humano usando su capacidad cultural sin la cual no es más que un simple animal.
Y sí, es un artificio vacuo en el que se nos retrata la efervescente vida artística de un mito (inventado, Bowie no quiso dejarse retratar y de ahí viene además el jaleo identificativo en el que yo me perdí cuando la vi, muchos años después de su estreno, definitivamente a los quince minutos de metraje), pero de un mito inane, sin sangre, vampirizado por su propia belleza boba de humano sin substancia.
Velvet Goldmine
se queda en nada, y hasta la selección musical de la música de aquellos tiempos
y aquellos ademanes y aquella bella locura que como un cohete se extinguió
víctima de su efímero ser suicidio y brillante aroma romo es insulsa y carente
de la emoción de la música emocionante.
Velvet Goldmine, 1998
Duración: 123 min.
País: Estados Unidos
Dirección: Todd Haynes. Guion: Todd Haynes y James
Lyons
Reparto: Jonathan Rhys Meyers, Ewan McGregor, Toni
Collette, Christian Bale…
Música original: Carter Burwell y Craig Wedren
Fotografía: Maryse Alberti
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