The Beatles en una biografía de Lennon
Jesús Ordovás escribió en 2014 (digamos que convencido por mí, que entonces dirigía la
colección Biografías de la editorial Sílex) una
biografía de John Lennon. En ella, vemos la
creación, el impulso vital y el influjo universal del grupo más importante de
la historia del pop. Además de, por supuesto, los avatares biográficos de uno
de sus miembros más importantes, John Lennon. El imbécil de John Lennon. El
genio artístico de John Lennon. Un genio imbécil.
1957: en The Quarrymen ya están John (hipnotizado por Elvis
Presley) y Paul
McCartney, pronto George Harrison, amigo de
Paul. Todos de Liverpool. Todos fans de Buddy Holly. Se hacen llamar The Silver Beatles y enseguida The Beatles a secas, se marchan a Hamburgo… Ya sabes, todo aquello que es una parte
sustancial del pop, del rock, de la música disfrutada, amada por la inmensa
mayoría de los jóvenes en más de medio mundo. Jóvenes que crecen con las
circunstancias del breve recorrido artístico de The Beatles, finalizado
artísticamente en 1970, aunque las carreras de cada componente continuaran con
un brillo algo menor (salvo en el caso de Paul, que ha conseguido llegar hasta
nuestros días como un intérprete y compositor de canciones pop de primer orden,
teniendo además en cuenta además las muertes del propio John, en 1980, y, 21
años más tarde, George).
The Beatles son aún en 1961 unos rockers embebidos en el primer rocanrol. En noviembre, el propietario de la más
importante tienda de discos de Liverpool, Brian
Epstein, va a verles tocar a The Cavern y se
convierte de inmediato en su representante. George Martin, responsable del
sello Parlophone de la discográfica EMI, será su productor (impactado a la primera escucha, como le pasó a
Epstein, pero en este caso de cintas grabadas y rechazadas ya por Decca, la
mismo compañía que poco después ya no dejará escapar a The Rolling Stones); Ringo Starr (también
nacido en Liverpool) sustituye en agosto del 62 al anterior batería justo antes
de grabar el primer disco, el single Love me do (que
aparece dos meses después); y en marzo de 1963 publican su primer elepé, Please, please me: “la beatlemanía se extendió por todo el Reino Unido”…
“Siempre con George Martín de productor, que se convertirá en el estudio en el quinto Beatle,
ya que gracias a sus conocimientos musicales y a su papel de arreglista y
productor será determinante en las grabaciones de sus discos”.
1964: conquistan América (éxito multitudinario televisivo, hasta
Elvis les manda un telegrama de bienvenida), se estrena su primera película (A hard day’s night), hacen una gira mundial (Europa, Oceanía, Asia y
Norteamérica). Ya nada podía parar.
“Los Beatles eran como una familia, iban juntos de vacaciones y por
supuesto se reunían para componer nuevas canciones, pero quienes se juntaba más
a menudo para componer al piano y a la guitarra eran Paul y John. A George lo
trataban como a un hermano pequeño al que no hay que contarle todo lo que haces.
George solía componer solo y en alguna ocasión se aceptaban sus ideas. Casi
todas las canciones las componían Paul y John, a veces juntos y en ocasiones
cada uno llevaba la suya, aunque a la hora de firmarlas aparecían como Lennon/McCartney: al parecer
habían llegado a ese acuerdo y así no habría problemas de egos. Cuando podían
grabar por separado o juntos las maquetas y cuando tenía suficientes canciones
las iban evitando”.
1965 y 1966: Rubber soul y Revolver
revolucionan la música pop completamente sin dañar un ápice de su esencia. Ahí
estaba ya toda la magia peculiar del genio artístico de una banda de músicos
única. Lo digo yo. Deciden no volver a dar conciertos porque consideran que la
tecnología no les permite reproducir en vivo la enorme calidad acústica de la
música que ya están creando en los estudios de grabación. Y, mientras, ya son más famosos que Jesucristo… porque a Jesucristo no le conocen
en medio planeta (y a ellos sí). Lennon lo dijo. Y tenía razón.
1967 es el año del elepé más famoso de la historia de la música rock
(quizás de la música pop en su conjunto): Sgt.
Pepper's Lonely Hearts Club Band (una gran
referencia inmediata para todos los músicos conectados con la potentísima
cultura pop), también de la muerte de Brian
Epstein (“esto es el fin”, cuentan que
dijo Lennon al saberlo).
“Brian Epstein moldeó a los Beatles a su imagen y semejanza. Convirtió a unos rockers del club en unos chicos elegantes, bien vestidos, amables, listos para ser afectados por las chicas y chicos de la clase media británica: les dijo que estaría bien que cuando tocaran hicieron una reverencia al público y así lo hicieron”.
A partir de este hecho, Ordovás titula el siguiente capítulo ‘El largo y tortuoso final de los Beatles’. Un final que aún le iba a deparar a la humanidad varias sorpresas
musicales de primer orden. Cuando en mayo de 1970 se publicaba su último elepé,
el también magnífico (aunque menos que el llamado White álbum y el
poderoso Abbey Road, los dos anteriores) Leti t be, había pasado un mes desde que Paul
anunciara que abandonaba a los Beatles. No hubo más discos de canciones nuevas
de ellos nunca más. No obstante, sus carreras en solitario, que en el caso de
John y de Paul, por separado, claro, ya habían comenzado, dieron todavía para mucho.
Pero ya nada volvió a ser igual, por supuesto.
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