Nada ni nadie sale ileso del pasado
El historiador español Justo Serna ha dejado escrito que “el pasado no es plato de gusto. Suele ser causa de disgusto. No hay que banalizarlo ni olvidarlo. Cuando buscas justificación o identidad, los antecesores te desmienten o te avergüenzan. No hay un origen inmaculado. Tampoco el futuro nos salva de lo heredado”.
Se puede o no dejar atrás el pasado. Pero
si optamos por obrar así, por DEJAR ATRÁS EL PASADO, podemos optar por
SUPERARLO, por OLVIDARLO o por NEGARLO. En el caso español podemos superar,
olvidar o negar una memoria reciente de conflicto y violencia. Pero también
podemos NO DEJAR ATRÁS EL PASADO y traerlo al presente una y otra vez hasta que
el pasado condicione inmisericordemente el futuro y lastre, segundo a segundo,
al presente.
Yo elijo
superarlo. Sin olvidarlo, por supuesto. DEJAR ATRÁS EL PASADO y comprenderlo.
Si además podemos sacar alguna LECCIÓN ÚTIL, mejor que mejor.
Lo importante es saber lo que debe ser olvidado. O al menos lo que puede ser olvidado.
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