No parlez, el despampanante debut de Paul Young

Cuádruple platino. Un millón doscientas mil copias de un elepé. A esa categoría de ventas llegó veinte años después de su salida No parlez, el álbum de debut del británico Paul Young, convertido de golpe en una superestrella a sus 26 años de edad.


Aquella máquina de éxitos, un éxito él mismo, publicado el 22 de julio de 1983, cuando yo tenía 20 años, había comenzado a grabarse un año antes en los estudios londinenses The Workhouse con la producción del también británico Laurie Latham, quien ya se había responsabilizado de elepés de Ian Dury & the Blockheads, y lo hará años después con alguno de Squeeze, Echo & the Bunnymen, The Stranglers y The Christians e incluso con The secret of association, el segundo de Young (también un disco soberbio).

De las once canciones (doce en el cedé, una novedad en aquellos tiepos) que formaban parte de aquel disco que tantísimo disfruté, las que más me gustaron, y siguen haciéndolo, fueron y son Come back and stay (compuesta, como otras dos más del álbum, por Jack Lee, quien fuera integrante, junto a Paul Collins y Peter Case, entre 1974 y 1978, del trío de power pop The Nerves); Love will tear us apart (versión del ya por entonces clásico instantáneo de Joy Division); Wherever i lay my hat (that's my home), compuesta por Marvin Gaye, Barrett Strong y Norman Whitfield, e incluida en el segundo álbum de Gaye; la deliciosamente resultona Love of the common people, compuesta en 1967 por John Hurley y Ronnie Wilkins, grabada por él mismo, por los Four Preps, los mismísimos Everly Brothers, Wayne Newton y Joe Dolan, entre otros, todos antes de Young; Broken man y Tender trap, compuestas ambas por el propio Young y Ian Kewley, compañero de nuestra estrella en el grupo Q-Tips, al que ambos pertenecieron hasta un año antes.



En Parlez Paul Young ponía la voz principal, también hacía coros e incluso tocó la guitarra en un par de temas y participó en los arreglos del álbum; Kewley también fue arreglista e hizo coros pero es que además tocó el piano y manipuló el vocoder y otros artilugios teclísticos; Pino Palladino tocó el peculiarísimo bajo que tanta personalidad le dio al elepé en su conjunto; y otros de los músicos fueron Matt Irving, Steve Bolton, Mark Pinder, Rico Rodriguez y Maz Roberts (coristas estos dos de Fabulous Wealthy Tarts, que habían cantado con Q-Tips), así como las coristas Nimsa Calliza, Dagmar Krause, Chief Dawethi, Eyethu, Zundi Lekau, Wally Loate, Jabu Mbato, Fats Mogoboya y Norman Zulu. 


Todos los acompañantes del debutante solista se hicieron llamar The Royal Family, aunque en la imagen principal de la carpeta/portada del álbum el único nombre que aparece es el de Paul Young.

 

“Saliendo de una banda vintage como Q-Tips, pensé que era hora de abrazar la tecnología. Todos los cambios que estaban ocurriendo en la música estaban ahí, en No parlez, pero yo también quería instrumentos reales. Esa mezcla ha contribuido a que el álbum haya resistido tan bien el paso del tiempo, porque pensé que los sintetizadores eran simplemente un instrumento más.”

 


Así habla Young de aquel influyente álbum de música pop. Quien añade que “CBS quería que hiciera un álbum de soul”. Y les entregó un maravilloso híbrido de música pop y soul: “uno de los álbumes de debut más impactantes de mediados de los 80 y una de las mejores creaciones de pop-soul de todos los tiempos”, tal y como escribe Dave Thompson en allmusic.com, donde incide que ese disco le dejó a Young “listo para dominar el resto de la década como ningún otro vocalista podría haberlo hecho”.

Laurie Latham, el productor de No parlez, admite que “no sabía mucho sobre el pasado de Paul”, también que “estaba decidido a hacer algo diferente al estilo soul revue de Q-Tips, que coincidía con lo que Paul quería. Paul es bastante tímido, así que me llevó un tiempo conocerlo. Luego, cuando empezó a cantar, fue increíble. Había elementos de Bobby Womack en su voz, con el falsete de Marvin Gaye. No podía creerlo. Además, Paul me dejó seguir adelante, lo cual era ideal”.

 


El prolífico especialista británico en música pop Dave Thompson escribió sobre No Parlez en allmusic.com que fue no solamente uno de los mejores álbumes de debut de mediados de los 80 sino que es “una de las mejores creaciones de pop-soul de todos los tiempos”, dejando a Paul Young “listo para dominar el resto de la década como ningún otro vocalista podría haberlo hecho”.


De la “versión profundamente conmovedora” de Love will tear us apart, dice Thompson:

 

Love will tear us apart, una canción todavía tan envuelta en el martirio de Ian Curtis que incluso pensar en revisarla se consideraba un sacrilegio en algunos sectores. Young hizo más que eso, lo reinventó”.

 

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