Thin Lizzy en vivo (y peligrosos)


En el número 65 de los mejores álbumes de rock de todos los tiempos para la revista británica Classic Rock, publicado el 29 de mayo de 2018, figura el noveno álbum de la banda roquera irlandesa Thin Lizzy, Live and dangerous, el primero suyo en vivo: 17 años tenía yo cuando lo escuché por primera vez (de aquélla su líder, Phil Lynott, sacaba su elepé Solo in Soho). Habitualmente considerado uno de los mejores álbumes en directo de la década de 1970 e incluso de toda la historia del rock, en 2010 PlanetRock.com le había encumbrado al puesto número uno entre los mejores discos en vivo de siempre, un año más tarde la prestigiosa revista británica NME le llevaba a la misma posición en su clasificación de los mejores álbumes en vivo jamás publicados; en tanto que en 2015 la revista Rolling Stone lo dejaba en el puesto 46 de su lista de los mejores elepés en directo.

El doble Live and dangerous fue publicado en los primeros días de junio de 1978, y había sido grabado en cuatro conciertos de Thin Lizzy que tuvieron lugar el 14 de noviembre de 1976 en Londres, los días 20 y 21 de octubre del año siguiente en Filadelfia y el 28 de octubre de ese mismo año 77 en la canadiense Toronto, y en sesiones de mezcla y regrabación en enero de 1978 en el estudio parisino de Des Dames. Los 76 minutos del disco final fueron producidos por la banda y el reputado Tony Visconti, ayudados por los ingenieros de sonido Will Reid-Dick y Rob O'Brien.


 

Un álbum doble en directo de cubierta desplegable era a la altura de aquel año 1978, con la tormenta punk tan cerca, el símbolo por excelencia del rocanrol de las bandas consideradas dinosaurios del rock. Algo que lejos de importarles a los miembros de Thin Lizzy, se plasmó en uno de los discos de rock casi atemporal más poderosos de todos los tiempos. Un disco que no llegó al número uno en Reino Unido por culpa de… la banda sonora de Saturday night fever (principalmente interpretada por Bee Gees).

Sabemos dos cosas de este disco doble. Una mal y otra mejor. ¿Cuánto de Live and dangerous pertenece a sesiones de grabación en el estudio y cuanto al aliento inmortal de actuaciones en vivo ante una audiencia entregada? Lo que sí admitió sin dobleces la banda es que el inspirador del disco fue otro doble desplegable en directo, Frampton comes alive¡, el millonariamente exitoso elepé de Peter Frampton lanzado en 1976: Maldita sea, podríamos hacer eso...

A eso se unió el hecho de que, aun cuando la banda quería grabar un disco de estudio con la producción de Toni Visconti, la dificultad de la agenda de éste hizo que Lynott le pidiera que adaptara aquellas grabaciones en vivo, algo que llevaría menos tiempo (aunque acabó llevando semanas).

Visconti responde a aquello de ¿cuánto de Live and dangerous pertenece a sesiones de grabación en el estudio…? Y la respuesta no te va a gustar: no parece que fuera un disco en directo.

Según el productor de David Bowie, T. Rex, Badfinger y Sparks, entre otros, Lynott, el líder, cantante y bajista de Thin Lizzy, comenzó pidiendo que se arreglaran determinadas “notas graves que habían salido mal”, enseguida dijo que lo que quería, además, era “reproducir el bajo en todas las canciones. Su excusa fue que es difícil tocar el bajo y cantar al mismo tiempo. Definitivamente es más difícil que tocar la guitarra y cantar al mismo tiempo. El bajo toca una melodía y la voz otra”. Finalmente, Lynott le comentó a Visconti que se necesitaba “poner en su sitio todas las voces”. Es entonces que los guitarristas (Scott Gorham y Brian Robertson) “se pusieron celosos y quisieron reorganizar sus guitarras”. En definitiva, apunta Visconti, “al final, sólo usamos el sonido de la multitud, la batería [de Brian Downey] y las pistas de guitarra originales”. Es decir, concluye el productor, “no hay grabaciones de estudio puras en Live and dangerous, únicamente los doblajes que hicimos en el estudio. Y dicho esto, la mayoría de los discos en vivo están arreglados, así que tampoco pasa nada”.

El diseño de la cubierta fue obra del grupo y el fotógrafo Chalkie Davies (su imagen de la banda, con un inconmensurable Lynnot arrodillado para la gloria del directo rocanrolero, es portentosa), y la plasmación final la llevó a cabo Sutton Cooper.

Live and dangerous tenía diez y siete canciones —solamente una de ellas es una versión: Rosalie, de Bob Seager, fundida con una de la banda, Cowgirl's song—, de entre las que destacan Jailbreak, Southbound, Dancing in the Moonlight, Still in love with you, The boys are back in town, Don't believe a word y The rocker.


En enero de 2023, celebrando el 45 aniversario del disco, se lanzó la que fue considerada la edición superlujosa y definitiva del mismo, en ocho cedés, la cual, junto a la remasterización del doble original, incluía todos los conciertos que fueron grabados en aquellos años 76 y 77, mezclados por Ben Findlay y masterizados por Andy Pearce, bajo la supervisión de Gorham. Fuera o no ampliamente sobregrabado en el estudio en su edición original, la versión de 2023, tal y como indicaba su hoja promocional, “demuestra que Thin Lizzy fue una de las mejores bandas en vivo de la década de 1970”.

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