Neil Diamond
Ahora me viene a la memoria Neil Diamond, Neil Diamond y sus canciones en los discos de mi tío Antonio que yo escuchaba en su habitación en la casa de mis abuelos en Villaverde Bajo, junto a las vías del tren que habían traído a Juan Carlos hacía tantos años desde el Portugal de los Borbones exiliados.
Entre los coletazos de autenticidad del primer
rocanrol y la llegada arrasadora de The Beatles, en Estados Unidos la llama de
la nueva música popular se sostuvo poderosa en el formato del pop que aburguesó
aquella música juvenil: el llamado Brill Building, allí donde comenzó la
carrera de éxito de Neil Diamond, por ejemplo.
Soy, canta Neil Diamond (la
letra es mía)
Soy un poco más de lo que necesito
soy algo muy pequeño a tu lado
espléndido en tu compañía
imprescindible en mi pequeño mundo
soy un hombre enamorado
soy un poco más de lo que merezco
Algunos de los chicos de mi barrio y del Cervantes escuchábamos el Búho, el Diario Pop, toda la programación, casi toda, de Onda-2… Superado el mundo de Juan Bau y los reyes de la música ligera españoles, Camilo por encima de todos, me empapé en la habitación musical de mi tío Antonio de Los Bítels y me harté de Neil Diamond para llegar a Los Kinks y Los Doors sin pasar por la Velvet. Y Los Roling, que más tarde serían Los Stones. Y las primeras cassettes repletas de grabaciones de las canciones que sonaban en la radio: Una de estas noches de Los Eagles y No estoy enamorado de Diez Centímetros Cúbicos. Lo recuerdo, esas fueron las primeras dos para las que apreté las dos teclas que permitían grabar sobre las cintas los sonidos que ya me embelesaban.
Tras un recorrido de cinco décadas de éxitos
mundiales, ingresó en 2011 en el Salón de la Fama del Rock and Roll, ese mismo
año recibió el sentido homenaje que se tributa anualmente en los Kennedy Center
Honors a cinco artistas escénicos que hayan destacado por su contribución a la
cultura estadounidense durante toda su vida y, en 2018, el Premio Grammy a la
Carrera Artística.
Neil Diamond, nacido en Brooklyn en 1941, de quien el autor del libro Imposible vivir así. The Last Waltz, Miguel López, diría en su puesta de largo que “sería imposible no meterse con Neil en una presentación que se precie”, y es que la polémica sobre la intervención del intérprete del disco Beautiful Noise, recién producido aquel mismo año 76 por Robbie Robertson, estuvo servida desde que se anunciara incluso entre los miembros de The Band en su día (inexplicablemente, añado yo, que tanto me gusta el crooner tan Tin Pan Alley, pues, tal y como cuenta López en el libro, ya se dijo en una peli: “hay dos tipos de personas en el mundo, las que adoran a Neil Diamond… y las que no”). Neil Diamond, a muchas de cuyas canciones yo no he dejado nunca de amar desde que le descubrí cuando yo solamente era un niño que quería amar la música. Neil Diamond, de quien nunca entendí que pudiera ser considerado un artista denostable.
Sweet Caroline, September morn, Girl, you'll be a woman son, And the grass won't pay no mind, Cracklin' Rosie, Soolaimon, America, Song sung blue, Love on the rocks, I am... i said, Cherry, cherry, I'm a believer, Brother love's travelling salvation show, Beautiful noise, Kentucky woman, Shilo, If you know what i mean, Red red wine, Solitary man, Crunchy Granola Suite, The last Picasso, Dry your eyes, Longfellow serenade, Holy holy, Something blue, Home before dark…
Espléndido texto sobre un músico de enorme relevancia. Gracias por las alusiones a Imposible Vivir Así y aprovecho para destacar mi pasión por Hot Night in August, un disco en directo brillantísimo. Existe la teoría de que Van Morrison se inspiró en esa tremenda puesta en escena que incluía sección de cuerda para enriquecer la experiencia musical.
ResponderEliminarGracias, Miguel: este Neil se merece esto y muchísimo más.
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