Si hay otra pandemia quiero pasarla contigo


A Tara

Diecinueve meses después, regresé a las oficinas de mi editorial, de la editorial de materiales didácticos en la que no he dejado de trabajar mientras la Gran Plaga del Siglo XXI hacía su trabajo. Su trabajo: ser la más popular Gran Pandemia de la historia. La única pandemia que nos ha retenido en nuestros domicilios durante meses y lleva año y medio decidida a obligarnos a llevar unas máscaras inevitablemente atroces para protegernos de nosotros mismos.

Desde hace mucho tiempo, desde que creí o supe creer que empezaba todo este drama en cien actos, escribo un diario en el que no escribo todos los días. Un diario que no lo es, pero al que llamo ‘Diario del Coronavirus’, o algo así. Un diario en el que muere mi padre, por ejemplo. Y en el que nos vacunamos todos. Todos los míos, yo solamente una vez (por ahora), mi madre tres.

[Ahora que voy a consultar ese diario resulta que no se llama diario ni nada por el estilo, se llama ‘La crisis del Coronavirus’. Su primera entrada era esta:

          (4 de marzo de 2020)

¿Os imagináis a los periodistas de ahora informando con los medios de que disponen para alarmar e infundir temor, miedo, cuando en 1918, 1919 y 1920 la mal llamada GRIPE ESPAÑOLA acabó con la vida de más de 40 millones de humanos, más que la reciente Gran Guerra?

Sí, da un poco de grima leerme ahora, cuánto desatino por mi parte.

La entrada más reciente, de momento, es esta:

(28 de octubre de 2021)

Cuca, mi madre, recibe con sus 86 años la tercera dosis de la vacuna conta la COVID-19.

No creo que ‘La crisis del Coronavirus’ salga jamás de mi ordenador personal.]

Diecinueve meses. Al final, que no es el final, pero al final de esos diecinueve meses, también desapareció Tara, el animal (¿irracional?) más hermoso —más hermoso, a su manera, que Ava Gardner, que sí era de los nuestros— que me haya ladrado jamás. Es un decir, porque Tara no me ladró nunca. Ni yo a ella.

Una Gran Pandemia que a veces pareciera que ha venido para quedarse, con sus muertos diarios, con sus contagiados diarios, con sus limitaciones de la actividad humana diaria, con su presencia mediática diaria, con su insuficiencia respiratoria diaria, con su insuficiencia insuficiente diaria. Con su…

Diecinueve meses que empezaron, es una forma de hablar, con la publicación de mi cuarto libro (LA HISTORIA: EL RELATO DEL PASADO) y que se coronan (ay qué mal suena esto en este ámbito vírico) con el quinto: LA MÚSICA (POP) Y NOSOTROS.

Diecinueve meses después de aquel mes de febrero del año 2020, cuando las mascarillas eran para los quirófanos, y poco más, cuando nos creíamos a salvo de la respiración de los demás, cuando nos lavábamos las manos sólo cuando nos lavábamos las manos. Cuando…

[Y ahora resulta que, como bien dice, repleto de acuciante ironía Eduard Vilageliu Prats, “los aplausos de las 20h de la pandemia fueron anticonstitucionales”.]

Como nada puede con la vida, a veces ni tan siquiera la muerte (es un decir), Eris nació y no pudimos ir a verla al hospital. Pero sí la estamos viendo crecer. Eris es la primera nieta de Margarita Barrio Mozo y, de rebote, mía.

En junio del Segundo Año de la Gran Pandemia (2021, por si no se te dan bien las cuentas), Margarita Barrio Mozo y yo decidimos casarnos, por fin. Bueno, por fin no. Ya. Mejor, ya. En junio del Segundo Año de la Gran Pandemia, 2021, por si no se te dan bien las cuentas, Margarita Barrio Mozo y yo decidimos casarnos YA. Pocas cosas más sensatas habré hecho en mi vida que enamorarme de ella. Menos mal que el Maldito Virus y Nuestro Miedo Afortunadamente Protector se juntaron en el tiempo a mi vida con ella. Como para no creer en algún dios.

Marga, que me dijo al principio de todo este desaguisado que “si hay otra pandemia quiero pasarla contigo”. ¿Te han dicho a ti alguna vez algo más bonito? Pues, entonces. 

"Hay algo aquí que no empieza

a la hora de siempre.

Hay algo que no ocurre

como debería.

Aquí había alguien que estaba y estaba,

que de repente se fue

e insistentemente no está”.

Del poema ‘Un gato en un piso vacío’, de Wislawa Szymborska.

Comentarios

Entradas populares

Los textos incluidos en este blog son propiedad exclusiva de sus autores. Se permite su uso y reproducción, siempre y cuando se respete su integridad, se cite la fuente y su utilización no busque fines comerciales ni implique la obtención de ingresos económicos de cualquier tipo.