Siete horas de gran cine para la televisión: Creedme
Creedme (cuyo título original es Unbelievable) es una buenísima serie policiaca, una gran serie de intriga. Cine de género que
cuando tiene grandeza es sencillamente cine. Cine para las
televisiones, para las pantallas fuera de las
salas de cine. Ese cine que ahora es el cine que más vemos.
Basada en hechos reales, esta serie estadounidense de televisión estrenada en 2019 consta de
ocho episodios de una duración de unos 50 minutos y ha sido creada por Susannah Grant y los
escritores Ayelet Waldman y Michael
Chabon, quienes dirigen algunos de sus
episodios (junto a Lisa Cholodenko y Michael Dinner) y han escrito el guion (basado
en un artículo periodístico de T. Christian Miller y
Ken Armstrong, que también han colaborado en
esta escritura de la serie) con Becky Mode y Jennifer Schuur.
Plena de pulso y ritmo narrativo, a su calidad han contribuido
notablemente su fotografía, obra de Quyen Tran, y un magnífico reparto encabezado muy artísticamente por las tres
actrices protagonistas, Toni Collette, Merritt
Wever y Kaitlyn Dever, así como por el actor Eric Lange.
Creedme, Creedme merece mucho la pena. No sólo nos emplaza a un
debate moral razonablemente sensible y bien motivado estética e
intelectualmente, también nos presenta unos personajes
femeninos que no necesitan la excusa de los
merecidos nuevos tiempos para forjar una obra cinematográfica convincente, bien
pergeñada, creíble. Mucho sentido, mucha
sensibilidad, en medio de la crudeza de un
mundo por el que deambula la maldad aprovechándose de cualquier resquicio. La
maldad y la torpeza.
Una serie policiaca excelente, ya digo, eso es Creedme.
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