Chernobyl, el horror ha sido televisado

Hay una magnífica serie estadounidense y británica, Chernobyl, que nos explica, cinematográficamente, aquella pesadilla que creíamos parte de la noche de los tiempos, pero aún tan cercana. Cinco horas fascinantes sobre el horror, el triple horror del error humano, el horror de los paraísos fallidos y el horror que permanece sobre toda época humana pero que puede ser redimido con el arte (pero nunca se redime del todo, y ahí radica todo ese tercer horror).

[...]

Chernobyl, emitida y producida este año 2019 por la cadena HBO, es una serie de cinco episodios de unos 60 minutos de duración cada uno, creada y escrita por Craig Mazin y dirigida por él y por Johan Renck, que cuenta con un actor principal, la música de Hildur Guðnadóttir, y ha sido espléndidamente fotografiada por Jakob Ihre.
No menos destacables son todos sus intérpretes, especialmente el triunvirato formado por sus más destacados actores: Jared Harris, Stellan Skarsgard y Emily Watson.

Harris y Skarsgard representan, respectivamente, a dos personajes reales: el científico soviético Valeri Legásov, que en tanto que miembro del comité de investigación del accidente, alertó desde el primer momento acerca de la enorme gravedad del mismo y aconsejó que se adoptaran las decisiones técnicas más inmediatas para contener la expansión del desastre atómico; y el dirigente soviético Boris Shcherbina, vicepresidente del Consejo de Ministros entre 1984 y 1989, encargado por Gorbachov de supervisar la gestión de crisis tras la debacle. Ninguno de los dos sobrevivió cinco años al desastre nuclear. Por su parte, Emily Watson interpreta a una científica bielorrusa ficticia, Ulana Khomyuk, a quien la propia serie se encarga de explicarla como la encarnación del grupo de científicos que participaron en la lucha contra la expansión terrible de los males causados por el accidente.

La producción de la serie es excelente, sin duda. Lo es la resolución de los inmensos problemas de recreación de una realidad devastadora, de una realidad extinguida, de aquel pasado retenido por la coyuntura brutal de un desastre y por su propia esencia de pasado diluido: el pasado de los últimos años del Imperio soviético y su roña y su desfachatez y su pereza intelectual y su increíble manera de emular grandeza en el fango de la dictadura de las mentiras como sostén de la verdad. Chernobyl cumple perfectamente su doble cometido, o quizás su único cometido, el de entretener creando belleza desde el horror sin faltar a lo que muy seguramente fue la auténtica verdad de un acontecimiento humano, demasiado humano.

[...]



Este texto pertenece al artículo ‘Chernobyl o la excelencia’, publicado el 5 de junio de 2019 en Nueva Tribuna, que puedes leer completo EN ESTE ENLACE.



Comentarios

Entradas populares

Los textos incluidos en este blog son propiedad exclusiva de sus autores. Se permite su uso y reproducción, siempre y cuando se respete su integridad, se cite la fuente y su utilización no busque fines comerciales ni implique la obtención de ingresos económicos de cualquier tipo.