-¿Que si hablo latín, dice?
-Eso mismo, digo. Vous
parlez latin.
-No le entiendo, y sáquese la mano de ahí.
-Yo me creía muerto.
-Yo me sabía muerto, asesinado.
-Ahora me dicen que a mí también
me mataron, pero no les creo.
-¿A quiénes?
-A esos señores que vienen aquí, a este sitio donde hacemos como que
estamos vivos, para freírnos a preguntas.
-¿Freírnos a preguntas?
-Es un pour parler.
[Son Julio César y Napoleón Bonaparte, dos grandes, dos clásicos del
protagonismo histórico, que se encuentran en algo parecido a un piano-bar,
sentados, sin nada en la mesa, vestidos como uno se los imagina, charlando, y
parecen posar. ¿Quiénes serán esos señores que van a verlos al piano-bar o lo
que sea?]
-Llegué, eché un vistazo y los derroté. Se dice así.
-No sé de qué hablas, romano.
-¿Cómo sabe que soy romano?
-Por el peinado, que se parece a
uno mío de hace algunos años, y por las sandalias liadas a las piernas.
-¿Y usted de dónde es? Parece
galo.
-Uy los galos… Pero, ahora caigo,
eres Julio César. ¿Cómo no habría caído
antes?
-Caer, caer, ¿cómo que caer?
-Julio César, yo soy posterior.
Muy posterior. Mi nombre es Napoleón,
Napoleón Bonaparte.
-Ahora el que no cae soy yo, pero
déjeme que le diga algo…
[y el romano se pone emocionante
y comienza a destilar una literatura que le habría valido el Nobel de
Literatura:]
… Toda la Galia está dividida en tres partes, de las cuales una
habitan los
belgas, otra los aquitanos y la tercera los que en su propia lengua se llaman celtas y en la nuestra galos. Todos estos se diferencian entre sí en la lengua, las costumbres y las leyes; a los galos los separa de los aquitanos el río Garona; de los belgas, el Marne y el Sena. De todos estos, los más fuertes son los belgas, porque están muy alejados del género de vida y de las costumbres de las provincias, y con muy poca frecuencia llegan a ellos mercaderes que traen aquellas cosas que sirven para afeminar los espíritus, y porque son vecinos de los germanos, que habitan el otro lado del Rin, con los cuales están en continua guerra. Este es también el motivo de que los helvecios aventajen en valor a los demás galos, pues casi diariamente traban en lucha con los ellos, ya alejándolos de sus fronteras, ya haciendo la guerra en las de ellos. La parte que, según hemos dicho ocupan los galos comienza en el Ródano y confina con el Garona, con el Océano y con las fronteras de los belgas; por el lado de los secuanos y de los helvecios llega hasta el Rin, doblándolo luego hacia el Septentrión. Los belgas comienzan en los últimos límites de la Galia, se extienden hasta el curso inferior del Rin y están orientados hacia el Septentrión y hacia el Oriente. La Aquitania llega desde el Garona a los Pirineos y a aquella parte del Océano que baña las costas de la Hispania; está orientada hacia el Poniente y hacia el Septentrión.
belgas, otra los aquitanos y la tercera los que en su propia lengua se llaman celtas y en la nuestra galos. Todos estos se diferencian entre sí en la lengua, las costumbres y las leyes; a los galos los separa de los aquitanos el río Garona; de los belgas, el Marne y el Sena. De todos estos, los más fuertes son los belgas, porque están muy alejados del género de vida y de las costumbres de las provincias, y con muy poca frecuencia llegan a ellos mercaderes que traen aquellas cosas que sirven para afeminar los espíritus, y porque son vecinos de los germanos, que habitan el otro lado del Rin, con los cuales están en continua guerra. Este es también el motivo de que los helvecios aventajen en valor a los demás galos, pues casi diariamente traban en lucha con los ellos, ya alejándolos de sus fronteras, ya haciendo la guerra en las de ellos. La parte que, según hemos dicho ocupan los galos comienza en el Ródano y confina con el Garona, con el Océano y con las fronteras de los belgas; por el lado de los secuanos y de los helvecios llega hasta el Rin, doblándolo luego hacia el Septentrión. Los belgas comienzan en los últimos límites de la Galia, se extienden hasta el curso inferior del Rin y están orientados hacia el Septentrión y hacia el Oriente. La Aquitania llega desde el Garona a los Pirineos y a aquella parte del Océano que baña las costas de la Hispania; está orientada hacia el Poniente y hacia el Septentrión.
-Madredelamorhermoso, que es una expresión que aprendí a decir así,
de corrido, cuando estuve intentando someter a los hispanos, digo a los
españoles… Por cierto, tú conquistaste mi país… Y yo el tuyo, que lo sepas.
[en eso parece que se acerca un
caballero vestido a la usanza de hoy, y se sienta cerca del francés y el
romano, a obervarlos. Pronto les hará preguntas. Preguntas de historiador. No parece, se acerca. Confirmamos.]
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