Bradley Cooper y Lady Gaga: la música es de los artistas
La versión de 2018 de Ha nacido una estrella (cuyo título original
es A star is born) es la tercera desde aquella primera de 1937 dirigida
por dirigida por William A. Wellman. La adaptación, la actualización que llevó
a la pantalla el cineasta también estadounidense Bradley Cooper (hasta entonces
habitualmente sólo actor y en ocasiones productor ejecutivo) dura algo más de
dos horas y fue escrita por el propio Cooper además de Will Fetters, Eric Roth,
Frank Pierson, John Gregory Dunne, Joan Didion y Moss Hart basándose en aquel
original de Wellman y Robert Carson.
Lo mejor de ella, mejor que las canciones que en ella suenan, para mí
gusto muy normalitas, es la interpretación de sus protagonistas: un irresistible Bradley Cooper y una muy sorprendente Lady Gaga.
Lo peor de ella es que se hace larga. Y eso es
mucho decir en contra de una película.
A mi modo de ver, le sobra su desenlace a una película sorprendente por
las inesperadas habilidades de sus principales creadores.
Dejo que se expliquen mejor quienes más saben y con quiénes estoy de
acuerdo casi al cien por cien…
"La dirige Cooper, con notables recursos técnicos y con enorme
sensibilidad y acierto (...) tiene una primera hora excepcional (...) Lady Gaga
resulta una sorprendente actriz de vuelo largo. (...)", escribió Oti Rodríguez Marchante en el diario ABC.
"[Gaga y Cooper] salen con un notable de este autodesafío en los
terrenos menos esperados: los de actriz y de realizador (...) Mucho antes de su
desenlace, la película ha contado todo lo que tenía que contar", dijo Francisco Marinero en el diario El Mundo.
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